Comenzado el verano y ante la inminencia de las vacaciones estivales, se planteó la necesidad de convocar a los preseros a una nueva cita de confraternidad y la excusa fué el sabroso cochino de las medianías. El momento elegido fué el sábado 18 de julio pasado y el lugar la Hacienda de Amable Rodríguez en plena Vega de Gáldar. Carmelo -como ya es costumbre- se encargó de localizar al protagonista en el lugar habitual y bajar del campo un animalito de setenta kilitos de nada. Pancho dejó los perros ese día para despiezar al paquidermo, mientras Marcos elaboraba en Firgas su archiconocido mojo. Jose hizo un paréntesis en sus inmersiones costeras para ocuparse de flirtear con las vendedoras y hacer acopio de provisiones. Sergio limpió su finca de limones y arrastró con queso de las medianías, mientras Ismael se ocupaba de la infraestructura de campaña. El vino corrió a cuenta de Amable Rodríguez, bodeguero galdense y presero de pro, que cedió su nueva bodega para la celebración del evento, así como veinte litros de un delicioso vino del país cultivado en el Norte, que fué debidamente catado. Carmelo se hizo cargo de planchas y barbacoas para darle a los asados el punto que solo él sabe aplicarle.
Samuel hizo de anfitrión poniendo a disposición de los perreros toda la estancia situada en la Vega Mayor de Gáldar y, pese a la coincidencia romera en un señalado 18 de julio, la asistencia fué masiva. Además hubo que celebrar el nacimiento de la primogénita del amigo Ángel Casimiro, que vino al mundo el día anterior y como futura presera, ya trae al padre en un sinvivir. Se acercaron hasta el evento amigos de toda la Isla, que departieron sobre su mayor afición: los perros, desde el mediodía del sábado hasta bien entrado el domingo.
Samuel hizo de anfitrión poniendo a disposición de los perreros toda la estancia situada en la Vega Mayor de Gáldar y, pese a la coincidencia romera en un señalado 18 de julio, la asistencia fué masiva. Además hubo que celebrar el nacimiento de la primogénita del amigo Ángel Casimiro, que vino al mundo el día anterior y como futura presera, ya trae al padre en un sinvivir. Se acercaron hasta el evento amigos de toda la Isla, que departieron sobre su mayor afición: los perros, desde el mediodía del sábado hasta bien entrado el domingo.
En resumen, una agradable jornada que sirvió para contrastar puntos de vista sobre la cría y fortalecer lazos de amistad entre aficionados de media Isla, que ya valoran en su justa medida la carne porcina de las medianías norteñas.
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